Piensa en esto: cuando te regalan una computadora te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente la computadora, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de amplia memoria, memoria RAM alta con vocinas ALTEC de alta definición y watts de potencia; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que llevarás a cualquier lugar y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo y personal pero no es tu cuerpo, que hay que colgar del cuerpo con su correa del portafolio como un bracito desesperado colgándose de tu hombro. Te regalan la necesidad de darle cargarle bateria casi todos los días; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio de internet. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu computadora con las demás computadoras. No te regalan una computadora, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños de la computadora.
Instrucciones para usar una computadora.
Se abre la pantalla primero, se oprime el botón que le da vida a la computadora. El botón que la revive de ese sueño pesado y poco a poco prende sus ojos sobre el teclado y a los costados. Unos instantes tarda en iniciar el equipo, tarda lo que un recién levantado tarda en despejarse del sueño. Suavemente se desliza el dedo sobre la computadora para mover una flecha cautelosa que se desliza en la pantalla. La voz sale de por enfrente de la pantalla donde oprimiendo ciertas teclas se puede controlar el volumen. Se colocan los 10 dedos de las manos sobre el teclado y con suavidad y naturaleza se mueven oprimiendo las teclas deseadas para escribir palabras o activar mandos.
Mayorga
